El modus operandi es similar al usado por «la banda de la Cheta» que operó en esa localidad en 2012. Son violentos, buscan hasta el último rincón y destrozan los taparrollos. Los últimos dos casos ocurrieron en el barrio Ducilo. En medio de la ola de inseguridad, el ministerio provincial envió 20 agentes.

Vanda (81) y Osvaldo (80) fueron atacados en su propia casa de 142 N° 477 entre 4 y 5 de Berazategui, en la mañana del 19 de agosto. Cuatro delincuentes los esperaron, armados, en el patio. Ocultaron sus rostros con pasamontañas, vestían ropa de gimnasia negra y se comunicaban con handies. Cuando Vanda salió al patio, la atacaron. Cuando Osvaldo salió del baño asustado por los gritos, también.

Los tiraron al piso, los golpearon, lo amenazaron con cortarles los dedos, con secuestrarlos, con matar a sus nietas y con balear la casa si hacían la denuncia. El nivel de violencia fue extremo. Destrozaron todos los rincones de la casa y rompieron los taparrollos, puertas de armarios y hasta una mesa para descubrir supuestos escondites de dinero. Se llevaron todos los ahorros del matrimonio de jubilados y lo que encontraron de valor. Escaparon caminando. Y siguen prófugos.

Los jubilados fueron entrevistados por TN.

Hubo otro ataque similar el 26 de julio a sólo 10 cuadras de allí: en 149 entre 3 y 4, la zona también corresponde al barrio Ducilo. Juan Carlos Turrisi y su mujer fueron atacados pasadas las 8 de la mañana, cuando el jubilado salió por la puerta principal para ir al fondo de la vivienda. Cuatro delincuentes con pasamontañas en el rostro golpearon a la pareja, destrozaron la vivienda y amenazaron con secuestrarlos. «Buscaban dinero y joyas que no tenemos, revolvieron toda la casa. Rompieron cinco taparrollos. Les dimos el poco dinero que teníamos y reliquias familiares», contó Juan Carlos. Los ladrones escaparon y siguen libres.

Juan Carlos Turrisi.

Esta ola delictiva que viven los habitantes de Berazategui desde que comenzó el aislamiento obligatorio se soluciona, según funcionarios locales y provinciales, con más policías recorriendo las «zonas afectadas», es por eso que Sergio Berni envío a pedido del intendente Juan José Mussi, 20 agentes que se sumaron a las seccionales el 18 de agosto. El mapa con los casos geolocalizados que fueron difundidos por los medios de comunicación desde el comienzo de la cuarentena puede visitarse haciendo click en la imagen.

La banda de la cheta

En 2012 fue conocida como “la banda de la cheta” una organización delictiva liderada por una joven universitaria que atacaba y asaltaba a jubilados en domicilios de las zonas de Berazategui y Quilmes. Marcaban las casas, averiguaban todo lo que podían sobre la familia y, con todos estos datos, entraban para golpear, torturar y amenazar a las víctimas. Se llevaban todo lo que encontraban: hasta una colección de soldaditos de plomo.

Sus integrantes fueron detenidos, procesados, y esperan el juicio oral que será presidido por el TOC 1 de Quilmes: Tamara Blanco, Emmanuel Matías García, Omar Federico Ibarra, Nahuel Perata, Gastón Alba, Claudio Stonge, Martín Van Kemenade, Lucas Hildebrant, Ana Gana, José Lucas Matilla y Mariano Ruciechi. Sin embargo, como todos gozan de la excarcelación y suelen reunirse en un lavadero de la zona, el recuerdo del modus operandi y la coincidencia con los últimos asaltos sigue latente en la memoria de las víctimas. ¿Sugestión o realidad?

Actualización

Otro hecho similar contra un jubilado ocurrió a las dos de la madrugada del sábado 20 de agosto en 138 entre 8 y 9. Juan Carlos, de 67 años, oyó ruidos en la puerta, se levantó y se topó con tres delincuentes. Uno de ellos, con una barreta, rompió la puerta y lo golpeó en la cabeza; el segundo lo amenazó con un arma de fuego; y el tercero revolvió toda la casa para buscar cosas de valor que robar.

Primero lo llevaron a su habitación y le pidieron dinero. Después amenazaron con matarlo si no los llevaba a la vivienda del fondo, donde vive su hija. A ella también le robaron dinero y celulares.

Los asaltantes escaparon. La policía analiza las cámaras de seguridad de negocios cercanos que podrían haber captado a los delincuentes.