Karla Homolka y Paul Bernardo (su verdadero nombre era Paul Jason Teale) se conocieron en 1987 y se enamoraron. Pronto se convirtieron en socios en los crímenes más aberrantes ocurridos en Canadá que fueron descubiertos tras la ruptura de la pareja.

“Mi hermana no respira”, dijo Homolka cuando pidió una ambulancia en Ontario, Canadá, en la Nochebuena de 1990. Ella, Bernardo y su hermana menor Tammy Homolka (16) planearon mirar juntos una película. Tomaron alcohol y sedaron a Tammy para que Bernardo la violara y filmara el acto. La causa de muerte fue considerada como un accidente.

Tammy, Leslie y Kristen.

Bernardo se inició en el negocio ilegal de venta de cigarrillos y Homolka trabajó en diferentes clínicas veterinarias. Se mudaron a una casa en Port Dalhousie. Esa vivienda se convirtió en el escenario de violaciones y crímenes captados por la cámara de la pareja.

El 15 de junio de 1991 secuestraron en la puerta de su casa a Leslie Mahaffy (14) la violaron durante 24 horas, la mataron y ocultaron el cuerpo en el sótano. Se deshicieron del cadáver descuartizándolo y ocultándolo en bloques de cemento que arrojaron al lago Gibson. El 29 de junio, en el mismo momento en que la pareja se casaba, encontraban los restos de Leslie.

A Kristen French (15) también la secuestraron en la calle. El 16 de abril de 1992 la engañaron preguntándole una ubicación y la subieron al Nissan de la pareja amenazándola con un cuchillo. Kristen fue violada y torturada durante tres días. La asesinaron y tiraron el cuerpo en una zanja. El cadáver fue hallado 14 días después.

Un identikit dictado por mujeres de la zona que fueron acosadas llevó a la policía a interrogar a Bernardo por su similitud, sin embargo, no había nada para sospechar de él y no les pareció que podía ser el sádico, violador, y asesino que buscaban. Por eso fueron llamados los “asesinos Barbie y Ken”: su aspecto físico no encajaba, para los agentes, en la idea que ellos tenían del mal.

Homolka golpeada por Bernardo.

Bernardo solía golpear a su mujer. En uno de esos episodios, Homolka lo denunció y él estuvo detenido una noche. Fue lo suficiente para que los investigadores posen sus ojos sobre él. Descubrieron que su perfil de ADN coincidía con tres casos ocurridos en Scarborough. Mientras tanto, Homolka decidió contarle a un abogado los hechos criminales a cambio de inmunidad. Ella afirmó que era su pareja el que las mataba.

En 1993 Homolka firmó un acuerdo con la justicia y recibió 12 años de prisión. Cuando el tiempo pasó la justicia supo, al exhibirse los videos de las vejaciones a las víctimas, que su participación en los asesinatos fue mucho mayor de la que confesó.

En 1995 a Bernardo lo condenaron a prisión perpetua sin libertad condicional.

Tras 8 años de encierro, Homolka pidió la libertad condicional pero se la denegaron: “Hay un vacío moral y ausencia de empatía por sus víctimas que sugiere tendencias a la psicosis”, señaló un psiquiatra. En la cárcel se puso de novia con un interno que cumplía condena por matar a su novia.

“La pareja criminal formada por un hombre y una mujer, generalmente, son socios en la crueldad y en el amor. Por lo general, el varón actúa como verdugo, la mujer de partenaire u observa pasivamente, pero con deleite, lo que está ocurriendo”, así explicaba el caso Bernardo-Homolka el reconocido forense Osvaldo Raffo.

El 4 de julio de 2005 consiguió la libertad. Actualmente tiene 50 años, vive en Montreal, cambió su nombre, se casó con el hermano de su abogado y tiene 3 hijos.