Por Maxi Müller.

Dos veces por semana, al menos durante dos horas, la zona de los alrededores de la Plaza San Martín de Berazategui está como recrean los vecinos: “tomada por barras”. Son alrededor de 300 personas que suben a cinco micros escolares apretados “como ganado” para llegar a la autopista Buenos Aires-La Plata y emprender viaje hacia la cancha de turno. En este caso son de River, pero no es eso lo que importa, porque en otro sector del distrito hacen lo mismo pero desde una facción de club San Lorenzo.

El traslado es realizado por “Filial Berazategui River Plate” que está ubicada sobre la calle 14 número 5630 a quienes el municipio les perdona violar la prohibición de estacionar sobre la Avenida Mitre. El alojamiento se los da la estación de servicio ubicada en Avenida Mitre y 5, cuyo propietario está ligado a la obra pública de la zona.

Los reclamos

Los vecinos de los alrededores, reunidos en un grupo de Whatsapp, comenzaron con los reclamos, en primera instancia, vía telefónica por dos cuestiones: la prohibición municipal de estacionar sobre la Avenida Mitre y la de utilizar pirotecnia, además de los ruidos molestos porque aseguraron les quitaron el derecho a dormir, a poder hablar en sus propias casas, a trabajar y a entrar o salir de sus garajes. Luego comenzaron las llamadas al 911 y al Comando de Patrullas por incidentes, pero los vecinos afirman que nunca, desde la cuarentena hasta ahora, se hizo presente ningún móvil. Después llegaron los reclamos formales al llamado CAV, Centro de Atención al Vecino, que, como suele pasar en tierras berazateguenses, negó la existencia de los micros y los barras, por lo que varios vecinos enviaron las imágenes por correo electrónico. Como tampoco se obtuvo respuesta acudieron a la Defensoría del Pueblo, cuya titular, una militante mussista, Antonela Comparato, informó que “a través de una concejal oficialista pudieron hablar con los barras y ellos dijeron que en la zona no vive nadie y que iban a seguir parando ahí, pero para nosotros, que vivimos en la zona es un infierno y una falta de respeto que a los vecinos que nacimos en la ciudad nos traten así”, aseguró la vecina Celia y agregó que “Comparato pidió, expresamente, que ningún vecino siga haciendo reclamos”.

“Con mi familia dejamos de ir a la estación de servicio porque no te permiten cargar combustible porque hay una multitud amontonada en los surtidores, tampoco podés entrar al minimercado, se bloquea todo. Al lado hay un taller que tiene que parar de trabajar porque no se escucha nada y porque los micros les tapan la posibilidad de que ingresen clientes. En el grupo de Whatsapp que tenemos los vecinos repetimos que es una vergüenza la marginalidad en la que se vive en Berazategui”, dijo la vecina.

“Los barras tomaron el barrio y diría que todo Berazategui porque mi hija está luchando contra lo mismo con los de San Lorenzo. No importa que, como buen vecino, hagas todos los reclamos que existen, Juan José Mussi (el intendente desde 1987), no hace nada. Lo de la Defensoría del Pueblo fue vergonzoso y no vamos a ir a la justicia de Berazategui porque parece que le tienen miedo al intendente y no se les va a ocurrir actuar de oficio. ¿Cómo no van a mandar a policía, gendarmería o prefectura para controlar a 300 personas que están en la playa de una estación de servicio alcoholizándose y tirando explosivos? Estamos cansados y hacemos responsable de lo que pase a cualquier transeúnte, vecino o empleado a Mussi, a Kicillof y al ministro de Berni, Alonso, que no manda a la bonaerense”, indicó Ana que se cansó de hacer reclamos y hablar con los comisarios de turno de la seccional 1°.

“Los micros no paran de tocar bocina, los barras de tocar bombos y de gritar sin parar. No podés dormir, mirar la televisión, hablar con tu familia, nada. Hemos visto cómo sacan de los autos una cantidad de botellas de cerveza increíble, le ponen rolitos y empiezan a tomar”, contó María, que vive a media cuadra, y agregó: “mi marido fue al colegio con Mussi por eso pudo decirle lo que estaba pasando, pero no hizo nada, nos dio vuelta la cara”.

Otra de las quejas radica en que quienes suben a los micros dejan sus propios autos estacionados en todos los garajes que hay alrededor y no permiten el ingreso y egreso de los propietarios durante varias horas. Al respecto, un vecino sobre la Avenida Mitre tomó una drástica medida: colocó postes en los costados y en el frente para que no dejen durante horas autos estacionados y después vuelvan a la madrugada a generar incidentes y dejar botellas tiradas en su vereda.

“A la noche todo empeora, los ruidos son peores, los gritos. A mí me golpearon la puerta varias veces porque les dijeron que soy uno de los que me quejo y vivo a una cuadra y media de la estación de servicio. No se puede vivir, no podés hablar con tu familia, no podés mirar la tele, no podés hablar por teléfono, y tenés que estar rezando porque estos tipos alcoholizados no se peleen porque terminamos todos muertos”, relató José.

Testigos directos

“Claro que tenemos miedo, nosotros mismos los tenemos que controlar porque es verdad lo que dicen los vecinos, la policía no viene y Control Urbano tampoco”, contó uno de los empleados. Ellos están obligados a sacar a cualquier cliente que deje estacionado el auto en la playa: “hay que dejar todo preparado para los barras y poner los tachos de basura al lado de los micros porque cuando se van la mugre es un desastre y también tenemos que limpiarla nosotros. La suciedad que queda en la calle, queda ahí, la lleva el viento, porque la municipalidad no se hace cargo. Mis compañeras del minimercado -a una la echaron hace poco- fueron testigos de la discusión con una vecina que les pidió por favor que no sigan tirando bombas de estruendo porque su nieto es autista y dos veces por semana le generan crisis. La mujer se fue y siguieron prendiendo en la playa de la estación de servicio las bombas porque no hay autoridad que se enfrente a ellos”.

“En varias oportunidades han roto la vereda para llevarse adoquines a los micros. Hay fotos y videos que los vecinos compartimos. Vino un equipo periodístico, grabaron desde el auto y tuvieron miedo porque vieron a gente que no debería estar ahí, supongo que algún barra con antecedentes o algo así. También dicen tener miedo los de tránsito que serían los de Control Urbano, si ellos tienen miedo que son autoridad ¿qué tenemos que hacer lo vecinos? Si Mussi no puede gobernar, que renuncie, ya le ha hecho suficiente mal a Berazategui”, señaló Víctor Merodo.

Una carta abierta fechada hace un año y medio fue ampliamente difundida, también fue parte del descontento de los vecinos con la dirigencia mussista. «Estaban desesperados queriendo saber quiénes la escribieron, somos nosotros, los vecinos de los alrededores de la Plaza San Martín que queremos paz y vivir dignamente porque pagamos nuestros impuestos», concluyó Merodo.

NR. La mayoría de los vecinos solicitó no ser identificado con apellido y dirección y, a último momento, un letrado pidió que se eliminen las fotos y videos de esta nota porque serán presentados como prueba a nivel nacional.

Actualización

Un escándolo produjo en el barrio al ver que una camioneta del Hospital de Alta Complejidad «El Cruce», cuyos ocupantes vestían camisetas de River, se detuvo para que bajaran los hinchas a tomar los micros. Fue el 7 de abril. Minutos antes de las 18 cinco micros estacionaron sobre la Avenida Mitre a los pocos minutos, una camioneta Chevrolet S10 gris, «con las luces balizas en el techo y el plotteado con el logo del Hospital El Cruce, los vecinos tienen fotos y las cámaras de seguridad el video de cuando bajan con remeras de River», detalló María Inés, una de las vecinas.

Captura del video de la Chevrolet con el logo del Hospital de Alta Complejidad «El Cruce».

Y añadió que «en Berazategui la corrupción es más grande de lo que pensamos, hicimos reclamos de todo tipo y ahora vemos a la camioneta del Hospital ‘El Cruce’ que trae a hinchas de River a tomar los micros en Mitre y 5 en la estación del servicio que, además, es proveedora municipal».

¿Por qué vecinos hablan de corrupción? Porque sumaron datos en los reclamos contra la presencia de los barras: la policía no está presente, los controles de tránsito municipales no existen, la Defensoría del Pueblo alegó que no iba a avanzar con la denuncia porque consideraron que «en esa zona no vive nadie», y porque Mariel Mussi, hija del intendente desde 1987 de Berazategui, Juan José Mussi, presidió el Consejo de Administración del Hospital El Cruce hasta hace semanas.