«Odio a mi madre por arruinar tantas vidas. Y sin embargo todavía la quiero. ¿Cómo se puede odiar y amar a alguien al mismo tiempo?», dijo en el juicio la única de sus víctimas que sobrevivió: su hija mayor.

Michael Wallace y Stacey Daniels.

Stacey Ruth Daniels se casó con Michael Wallace y tuvo dos hijas, Ashley en 1988, y Bree en 1991. David murió en el 2000, a los 38 años, después de haber estado tres meses mal de salud. Años después, ella conoció a David Castor, que se dedicaba a la refrigeración y tenía un hijo de un matrimonio anterior, y se casó en 2003. Vivían en Syracuse, New York, Estados Unidos. Ahora era la señora Castor.

El 22 de agosto de 2005 llamó a la policía porque David (48) se había encerrado en su habitación. Los agentes tiraron la puerta abajo y lo encontraron muerto. Creyeron que se trató de un suicidio porque encontraron un vaso con restos de líquido anticongelante y, al lado del cuerpo, un bidón con esa sustancia. Castor decidió enterrar a David al lado de Michael. Pronto comenzaron las dudas. El vaso que usó David para, supuestamente suicidarse, tenía las huellas de Castor.

Stacey y David Castor.

En 2007 los investigadores decidieron exhumar el cuerpo de Michael y encontraron algo más que extraño: restos en el cadáver de una sustancia que está presente en los anticongelantes.

La causa iba avanzando cuando Ashley fue encontrada por Bree inconsciente en su habitación. Esta vez había un escrito de despedida en la computadora: la adolescente se declaraba culpable de las muertes de su padre y su padrastro. Sin embargo, Ashley sobrevivió y contó que lo último que recordó de ese día fue que su madre le dio una copa con una bebida con jugo de naranja. Negó haber escrito una carta de despedida e intentado suicidarse.

Las pericias develaron algunas dudas. El documento fue escrito en el horario en que Ashley estaba en la escuela y un error de ortografía develó quién lo escribió. Castor decía mal una palabra: anticongelante. En inglés es “antifreeze” pero ella pronunciaba y escribía “antifree”.

¿Para qué quería matar? Para quedarse con el dinero de sus ex maridos. Incluso se descubrió que el testamento de David había sido alterado para excluir de la herencia al hijo del anterior matrimonio. ¿Para qué intentó asesinar a su hija mayor? Para salir del centro de las sospechas. Al respecto, durante el juicio, Ashley declaró: «Odio a mi madre por arruinar tantas vidas. Y sin embargo todavía la quiero. ¿Cómo se puede odiar y amar a alguien al mismo tiempo? No quiero llorar más. Me gustaría olvidarme de todo. Y sin embargo tendré que cargar con ello el resto de mi vida».

Castor fue condenada por los delitos de “asesinato en segundo grado, tentativa de asesinato y falsificación de documento” a 51 años de prisión. Murió en la cárcel de Bedford Hills el 11 de junio de 2016, a los 48 años.